Todas las mujeres que estuvieron conmigo me pedían cumplir la misma fantasía.
Sumar otro hombre a la pareja.
La fantasía incluía una salida a comer, o tomar algo, un lugar donde conversar y luego, si daba, tener sexo. Durante toda la salida, ellas me decían que se excitaban al no escucharme, sentirme casi invisible y aparecer, solo para pagar la cuenta. Y a la hora del encuentro carnal, les encantaba saber que yo estaba del otro lado de la puerta, escuchando todo. La patología de estas chicas llegaba al extremo de no querer encontrarse conmigo sin la presencia de un tercero, que ellas debían elegir previamente Por eso debo ser uno de los hombres con maá amigos de todo Factbook, sin ser gay. Ellas me dicen que jamás conocieron un novio como yo y me pone muy feliz que así sea. Evidentemente, es tan fuerte lo que inspiro que las mujeres no pueden evadirme, sobre todo cuando llevo a un amigo atractivo.
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