Esta semana estalló un lindo quilombo en Paraguay porque un senador acusó a una diputada de fea e ignorante. El presidente Lugo respondió que si se trataba de fealdad, el senador merecía la cadena perpetua.
¿Por qué señalar a una persona de fea es condena y calificarla de atractiva es un halago? Ahí esta el problema y no en ese estúpido debate universal de lo que puede o no considerarse feo.
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