¿Y si la belleza es una de las tantas herramientas de seducción que tiene el ser humano? Será, entonces, ¿la fealdad una invitación a desarrollar otras maneras de seducir y conquistar? En vez de pensar tanto en cómo cambiar el cuerpo, ¿sería bueno hacer un viaje de introspección y explotar lo bueno que por el momento no sabemos que tenemos? Con probar, no cuesta nada.
La vida de un feo acomplejado como nadie te lo contó
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